¿Hay temas para chicos y temas para grandes? ¿Pueden los chicos hablar sobre la libertad, la nada o la verdad? ¿Está bien plantearles preguntas sin respuesta? En Iamique están seguros de que los libros pueden estimular preguntas y alentar la reflexión.
Un niño esta en la bañera. Llora y patalea. Su papá -con cara de enojado- lo agarra del brazo: “¡Cuanto antes dejes de patalear, antes saldrás!”, dice. La hermana menor mira desde la puerta.
Esta es una de las primeras imágenes que propone el libro Mundo Cruel de la colección Abre, mira, piensa de Editorial Iamiqué. La ilustración va acompañada de preguntas. Muchas preguntas, muchas miradas, muchas opciones. Y sin respuestas.
La propuesta es que, justamente, a través de estas escenas y algunas preguntas “perturbadoras” los chicos y chicas piensen, reflexionen y sobre todo, puedan ver que no hay respuestas únicas. Y que, muchas veces, mirar desde otro lugar nos permite encontrar respuestas distintas.
Y ese mirar desde otro lugar es, en estos libros, literal. Las preguntas, que aparecen acompañando cada escena, tienen un diseño especial: hay que girar el libro, mirar desde otra perspectiva, para leer cada pregunta.
Dentro de esta colección se publicó también Lo que tú quieras que, con el mismo sistema, invita a chicos y chicas a pensar, a discutir, a dudas y a preguntar sobre la libertad y los derechos.
La propuesta es, básicamente, estimular la construcción de un pensamiento propio en torno a conceptos abstractos pero actuales y necesarios como la libertad o la crueldad.
Otra experiencia parecida pero en formato audiovisual es la serie animada La gran pregunta, basada en una saga de libros para chicos, creada por el filósofo Oscar Brenifier e ilustrada y animada por Jacques Després.
El tiempo, la nada y la verdad
También en formato de pregunta, la serie Los filosos de Iamique presenta preguntas inquietantes junto a bellas ilustraciones. ¿Qué es la verdad? ¿Qué es la nada? ¿Qué es el tiempo? y ¿Es mucho 7?, son libros que con el mismo objetivo convocan a debatir, a hacerse preguntas, a buscar respuestas y a encontrar las propias.
Quizá ese sea el mayor desafío para quienes producimos contenidos para chicos y chicas. Crear materiales de calidad que los inviten a disfrutar y que los alienten a pensar.