Cuando nos disponemos a fotografiar o filmar a niños y niñas, buscamos generalmente capturar sus miradas, sus gestos faciales, sus rostros.

Pero ¿es en la cara de un niño o de una niña donde se encuentra su esencia? Hay mucho que cuenta un rostro, pero también hay mucho que oculta.

Porque los chicos, además de expresiones gestuales, tienen palabras. Palabras para contar historias que los representan, que los atraviesan, que los definen. Historias que a veces quedan escondidas detrás de una mirada.

Estas historias también los retratan. Y pueden conformar retratos mucho más intensos justamente por prescindir de las caras. Por invitar al espectador a imaginarlas, a intuirlas. Por poner la voz por delante de la imagen.

La fotógrafa norteamericana Judy Gelles aborda el desafío de retratar a chicos y chicas sin mostrar sus rostros en el proyecto Fourth Grade: Word Portraits (Cuarto Grado: Retratos de Palabras).  Para este proyecto, realizado con estudiantes de cuarto grado de Estados Unidos, China e India, Gelles hizo tres preguntas a cada niño: ¿Con quién vivís? ¿Qué deseás? ¿Qué te preocupa? Las respuestas a estas preguntas se acomodan alrededor de las siluetas de los chicos de espaldas a la cámara. El resultado es una serie de retratos bellos y simples, que logran acercarnos un poquito más a los universos infantiles.